de manos celestes,
alas de ángel benditas,
que en el aire están escritas,
las caricias que amanecen.
Amor sereno
de fuerza terrenal
suspiro de ángel bueno
en tus manos celestiales
Todo el misterio allí arde.
Tierra, sol, fuego y aire
deja que aquellas manos
me acaricien una y mil tardes.
Como rayo de rosa amarilla,
como mar de fuego ardiente,
sin tus manos y tus caricias,
no florecería hoy de repente.
Porque el amor que nace de ti,
es el que me tiene amarrada,
como el velero a buen puerto,
y con mi alma cautivada.
Amor sereno te quiero vivir,
y hoy es el mismo cielo
Que nos cubre a ti y a mí.
Benditas alas de ángel,
y vuelo de gavilán,
es el amor verdadero.
El que perdura hasta la eternidad.
Déjame que te acompañe,
Y tú, tú no olvides jamás.
Rosa Maria Vargas
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