Abro los ojos.
Me deslumbra el olor
de las flores marchitas
que penetra en mis oidos
y viscoso desciende
por mi cuerpo.
Me asfixia.
Me deslizo por la espiral de la monotonia,
de los mismos olores a egoismo y malicia,
de los mismos sonidos de palabras baldias,
con el mismo sabor corrosivo de envidia.
Y las mismas figuras que se agrandan
y achican. Como un juego de espejos.
Y asi dia tras dia
Glòria
felicitats, glòria
ResponEliminam'agrada la teva iniciativa de compartir la teva ànima de lletraferida, tot un regal
M ON OTO NÍ A, podem viure sense ella? o comencem a morir quan caiem en les seves mans?
ResponEliminaFelicitats, i gràcies per les teves reflexions.
Salut
José Martín