*"SOLEDAD EN EL CAFÉ DE MEDIODIA"

Hay silencio.

Solo el ruido de las máquinas rompe la rutina

de aquel diáfano mediodia.

Sentados en sillas orientadas hacia la pared

recordando una vieja escuela.

Solo estoy yo de frente. Nadie sonrie,

apenas argumentaban palabras. Casi ni se miran.

Ensimismados

como si de un fatídico amanacer se tratara

leen y digieren la tristeza de aquel libro,

con cada bocado, como si fuera la suya propia.

Soledad cercana, que siento en mis huesos.

Entonces me levanto de aquel centrico café

de barrios nobles,

y parto a ver las flores que amanecen siempre

en los jardines de Dios

donde la soledad es alegria

y el sol brilla en nombre del amor.

                    Rosa Maria Vargas